Comentario
Las ideas del GATEPAC, en líneas generales importadas y mediatizadas concretamente por la personalidad de Le Corbusier, podrían resumirse y enumerarse así: 1.º Rebelión y crítica -a veces dura y dogmática, aunque comprensible en aquel momento- contra las escuelas de arquitectura de Madrid y Barcelona, contra sus planes de estudios que consideraban viejos e inservibles para los tiempos que se vivían; 2º Admisión y respeto, no obstante, por la arquitectura de todos los tiempos -pero como producto de su época-, reaccionando sin embargo contra los elitistas historicismos y eclecticismos, como algo mixtificado y costoso de realizar, incluso contra el art déco, no apreciando en el mismo rasgos de modernidad suficientes; 3º Toma de conciencia sobre la importancia que la arquitectura tenía para el bienestar humano; 4º Deseo por todos los medios de hacer llegar ese bienestar a todas las capas o estratos de la población, pero no mediante una arquitectura hecha a la medida; 5º Democratización por tanto de una arquitectura asequible y sana para todos, mediante un requerido sistema constructivo y un estilo, el racionalismo; 6º Propuesta así de la solución de plantas o de la articulación de espacios de tal modo que las habitaciones queden bien ventiladas y soleadas, de la claridad de líneas, de la simplicidad en las superficies, de la supresión de elementos superfluos o no estructurales (innecesarios para sostener la obra); 7º Recurso para ello a elementos estructuralmente funcionales y de gran precisión como en el barco o en el aeroplano, de elementos constructivos seriados (soportes, vigas, puertas, ventanas de amplio horizonte) y salidos de la fábrica (más baratos); 8º Consecución por este sistema de un código que aparece inseparable a un urbanismo de nuevo cuño y adecuado para satisfacer estas soluciones requeridas (disposición en lo posible de bloques aislados, sobre pilotis, con planta libre y huecos acristalados continuos o amplias terrazas, que permitan variadas orientaciones y una mejor captación del aire o del sol, que eviten patios interiores insalubres, que no se arrojen sombras unos a otros, que se interrelacionen con zonas ajardinadas cuando se construya en barrios de nueva planta, que estén bien equipados con servicios complementarios y que sus zonas de recreo comunitario se separen de las vías de tránsito rodado a mayor velocidad); 9º Fundamentación de estas ideas en la atención temprana a las inquietudes de otros artistas y arquitectos de vanguardia extranjeros (Le Corbusier, Theo van Doesburg, Walter Gropius, Mies van der Rohe, Richard Neutra... resoluciones en el seno de los CIAM, etc.); 10º Divulgación de estas intenciones en síntoma a través de una revista-portavoz propia, "A. C." (Documentos de Actividad Contemporánea). En esta publicación (1931-1937), que puede mantenerse tan sólo en sus primeros 25 números (quedando esbozados del 25 al 29), son atendidas por el grupo todas las artes en general; pero, especialmente, las cuestiones arquitectónicas y urbanísticas. La revista manifiesta una evolución de pensamiento: de la rebelión radical contra la arquitectura académica o suavemente innovadora enseñada en las escuelas, pasando por la defensa de la arquitectura moderna como alternativa y por una preocupación social en su destino (reposo de las masas, vivienda obrera, escala infantil y dimensiones de las escuelas, etc.), hasta llegar a una total identificación entre ésta y revolución social. En este sentido son muy explícitos los mensajes o editoriales que, a manera de proclamas inconformistas, se incluyen en los diferentes números: "Los sistemas arquitectónicos, históricos, no fueron obra de fantasía y de capricho, expresan los caracteres esenciales de una época y de una región; estructura social, procedimientos de construcción, materiales propios, necesidades económicas, exigencias espirituales... La Arquitectura responde a una utilidad, a un fin. Debe satisfacer la razón. Partir de elementos, programa, materiales, espacio luz... desarrollándose racionalmente del interior (función) al exterior (fachada) de una manera simple y constructiva, buscando la belleza en la proporción, en el orden, en el equilibrio. Suprimir la decoración superflua superpuesta. Luchar contra el falso empleo de materiales, arquitectura de imitaciones...". (A.C. nº1. 1931); "La enseñanza profesional actual es un crimen. Aquí una ventana comunicada por los alumnos madrileños. ¡Una ventana!. Ejercicio de examen de Conjuntos en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, profesor Don Teodoro de Anasagasti, académico. El tiempo es oro Señor Anasagasti, los alumnos lo saben y por ello muy pronto no se matriculará nadie en su clase. A renovarse tocan. Vea usted a lo que ellos y nosotros llamamos una ventana" (Comentario a la foto que encabeza este trabajo. "A.C." nº 2. 1931); "Un concepto mezquino y miserable de la vida ha presidido la construcción de las viviendas obreras en nuestro país, dando por resultado un mínimo inaceptable. La vivienda mínima puede tener pocos metros cuadrados de superficie, pero en ella no pueden excluirse el aire puro, el sol y un amplio horizonte. Elementos que necesita todo hombre, de los que la sociedad no tiene derecho a privarle" ("A.C." n.º 11. 1933).
El grupo participó en diversas actividades, como en una reunión preparatoria del CIRPAC (29, 30 y 31 de marzo, 1932, Barcelona; Congreso a celebrar en Moscú), IV Congreso monográfico sobre La Ciudad Funcional (29-VII/13-VIII-1933, a bordo del Patris II, Marsella-Atenas). Téngase en cuenta que en el CIRPAC estaban integrados delegados asistentes de la talla de Marcel Breuer, Le Corbusier, Walter Gropius, o Siegfrid Giedion (muchos de los cuales llegaron a dar conferencias en Barcelona y en Madrid, informando sobre los nuevos principios). Tuvo por tanto ocasión de intervenir no sólo en la elaboración de su primer proyecto a gran escala urbanística, "Proyecto de Urbanización de la Diagonal de Barcelona" (publicado en "A.C." n.º 4. 1932), sino también en el tema preocupante de "La Ciudad Funcional" (cuya organización y conclusiones se publicaban en "A.C." n.º 11 y n.º 12. 1933).
La revista, en fin, acogió obras no solo del GATEPAC sino también de otros artistas y arquitectos de vanguardia (Angel Ferrant, J. González, J. Miró, M. Breuer, Theo van Doesburg, Gruppo 7 italiano -Cassa Eléttrica-, E. Mendelsohn, R. Neutra, en muchas ocasiones...), con la casi ausencia curiosa de Le Corbusier (a excepción de algún escrito y de un estudio de viviendas mínimas para Barcelona); difundió la importancia de la higiene, el ocio y el deporte para las clases trabajadoras; la relación entre la arquitectura funcional moderna y una adecuada pedagogía en los edificios escolares; o revalorizó la sabiduría anónima en la arquitectura popular mediterránea, concepto perpetuado por el mismo Sert y asumido al inicio de los años 50 por otro arquitecto catalán, José Antonio Coderch.